La Escuela Dominical y las funciones de la iglesia
La iglesia, en el Nuevo Testamento, se caracterizaba por
cinco funciones esenciales que se desprenden de la Gran Comisión:
evangelización, discipulado, compañerismo, ministerio y adoración. Estas
funciones son evidentes en las prácticas descritas en Hechos 2.42-47. Como
creyentes necesitamos caracterizarnos corporal e individualmente por estas
mismas cinco funciones, si queremos obedecer el llamado de Cristo. Debido a que
la Escuela Dominical ofrece la estructura primaria para involucrar a las
familias y a los individuos en la obra total de la iglesia, esta es una
estrategia apropiada para realizar la obra de la Gran Comisión descrita por
estas funciones.
La estrategia de la Escuela Dominical reconoce el trabajo
misionero como un resultado deseado de todo lo que hacemos por medio de la
Escuela Dominical.
La Escuela Dominical y la evangelización
La Escuela Dominical como una estrategia está marcada por la
enseñanza bíblica evangelística a través de las clases de estudio bíblico
continuo y otros grupos de estudio bíblico que están siempre abiertas para
cualquier participante. Esta declaración significa ofrecer estudios bíblicos
fundamentales para preescolares y niños más jóvenes los cuales estarán
motivados a responder positivamente al mensaje de salvación tan pronto como
sean capaces de hacerlo. Esto significa brindar un ambiente para grupos de
estudio bíblico de niños mayores, jóvenes y adultos que motive a los incrédulos
a venir a la fe en Cristo y motive a los creyentes a guiar a otros a Cristo.
Significa aprovechar cada oportunidad que brinde el Espíritu Santo para
presentar el evangelio a través de la enseñanza bíblica.
La Escuela Dominical y el discipulado
El desarrollo de la comprensión de la Biblia es una meta
necesaria del estudio y la enseñanza bíblica. Sin embargo, si queremos hacer
discípulos, los conocimientos no son el término del estudio y la enseñanza
bíblica. Tampoco es suficiente comprender una verdad bíblica y ser capaz de
aplicarla a un área de la vida. Es necesario tener una enseñanza bíblica que
facilite la obra del Espíritu Santo para realizar la transformación espiritual
en las vidas de los alumnos. Se insta a los creyentes a ver el mundo desde el
punto de vista bíblico en sus mentes, corazones y vidas a través de la
participación del continuo estudio bíblico sistemático.
La Escuela Dominical y el compañerismo
Los cristianos comparten una creencia común en Cristo y una
unidad de propósito que tiene sus raíces en el amor de Dios por nosotros y
nuestro amor por Él y los unos por los otros. Jesús oró que Él, sus discípulos
y todos aquellos que creían en Él por medio de su mensaje fueran uno (Juan
17.1-26). Dios quiere que Su pueblo se una a otros creyentes y compartan su
vida común en Cristo. El bautismo que Jesús mandó a los discípulos a realizar
como una parte de la Gran Comisión simboliza estar sellados en la fe y el
compañerismo
La Escuela Dominical y la Adoración
La adoración es el acto de conocer y amar a Dios en espíritu
y en verdad (véase Juan 4.23). El apóstol Pablo urgió a los creyentes a
"que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a
Dios, que es vuestro culto racional" (Ro 12.1). Él entendió lo que era
esencial en la adoración: reconocer a Cristo como el Dios Todopoderoso del
cielo y la tierra y adorarle con todo el ser. Toda la obra de la Gran Comisión
proviene del amor y devoción --adoración-- a Dios. Sin honrar a Cristo mediante
un sincero entendimiento de quién es Él y lo que ha hecho por nosotros,
trabajamos en nuestro propio poder.
La participación en las clases y departamentos u otros
grupos de estudio bíblico brinda oportunidades para que las personas adoren por
medio de la oración y la alabanza, la mayordomía del tiempo, las habilidades y
los recursos, y otras formas de expresar devoción a Cristo
La Escuela Dominical como estrategia destaca la necesidad de
buscar el poder y la presencia de Dios al buscarle a Él.
Los líderes deben tener un tiempo diario para recordar quién
es Dios y buscarlo mediante la oración y el estudio bíblico. Los líderes de la
Escuela Dominical también deben motivar a los participantes de las clases,
departamentos y otros grupos de estudio bíblico a hacer lo mismo. Deben
esforzarse para establecer un ambiente en las sesiones de estudio bíblico que
guíe a las personas a encontrar y responder al Dios que cambia vidas mediante
el estudio de su Palabra en el compañerismo de su pueblo.
Un ambiente así motiva a las personas a abrir sus vidas a
Dios. Cuando las personas lo hacen así, ocurren cosas maravillosas: la
evangelización se convierte en prioridad, aumenta el compañerismo, se profundiza
el discipulado y libremente se expande el ministerio.
Tomado del libro “La Escuela Dominical en el nuevo siglo”.
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